Volvieron los gimnasios con un ajuste en la tarifa
Más de 61 propietarios de toda la provincia se reunieron y se acordó una suba de $200 según la actividad, para poder saldar deudas luego de tres meses de inactividad.
Hasta el momento algunos gimnasios han podido abrir nuevamente porque la mayoría se encuentra a la espera de la aprobación del Comité de Crisis.
En el marco de la reapertura 61 propietarios se reunieron para confeccionar un protocolo y se acordó una actualización en la tarifa.
El aumento dispuesto fue de $200, según la rutina.
Los motivos del incremento son varios. Por un lado, hace más de tres meses que no pueden trabajar y no han recibido ningún tipo de ayuda del Estado. Y por el otro el aumento de insumos.
A ello se suma que las medias de prevención del COVID-19 demandaron nuevos gastos.
Oscar Ibáñez, dueño de Código Lavalle, abrió el martes tras la autorización del Comité de Crisis. “La reapertura fue algo emocionante, más allá de lo engorroso que resulta llenar planillas y completar una declaración jurada para tener un control de las personas”.
Según el protocolo, los locales para habilitarse deben cumplir con trámites de trazabilidad. Hay que completar una planilla con el nombre y apellido de cada persona que ingresa y una declaración jurada que se presenta cada 30 días para fundamentar que no se ha tenido síntomas de coronavirus.
En comunicación con El Chorrillero, Sebastián Borsani propietario de K8, explicó que los cupos “están vinculados al tipo de actividad, en crossfit por ejemplo hay una planificación semanal”.
También aclaró: “trabajamos por turnos, nuestros socios tienen una aplicación para hacer las reservas, antes por turno tenía 25 personas y ahora serán 20”.
Desde Gym Time, Carlos Funes explicó que las tarifas son bajas y por el nuevo contexto fue necesario aplicar un aumento para “lograr un equilibrio”.
“Antes la cuota para asistir todos los días era de $800 y ahora está en $1000”, dio como ejemplo.